Los avances en los campos de la ciencia y la ingeniería en las últimas décadas han dado lugar a tecnologías innovadoras y respetuosas con el medio ambiente para la reparación de tuberías. Esto ha permitido que las tuberías rotas se reparen desde el interior, sin necesidad de excavar.

Conocidas como reparaciones sin zanja, las tuberías viejas (o sus restos) suelen dejarse en su lugar mientras se forma o se sitúa una nueva tubería (a menudo hecha de materiales de resina compuesta, duradera y resistente) dentro o alrededor de ellas. Sin necesidad de excavar, cavar o destruir, las estrategias de reparación sin zanja, como el revestimiento de tuberías curadas en el lugar (CIPP), suelen ofrecer a los clientes soluciones más rentables y convenientes para tuberías problemáticas y resultan en impactos ambientales significativamente menores.

Una de las formas más populares de reparar o rehabilitar tuberías sin excavar es el revestimiento de tuberías CIPP (curadas en el lugar). En pocas palabras, se insertan materiales avanzados de resina compuesta en las tuberías dañadas para reparar los daños, mejorar el flujo y prolongar la vida útil de la tubería. Para las tuberías que necesitan resistencia estructural (por ejemplo, bajo carreteras o entradas de vehículos), se coloca un revestimiento impregnado con resinas y se cura hasta que quede muy duro. En el caso de tuberías no estructurales (como las tuberías de agua en paredes o techos), la resina se sopla dentro de la tubería para curarse, formando un nuevo revestimiento que mantendrá su funcionamiento exitoso durante años.

Estos procesos de revestimiento estructural y no estructural son adecuados para tuberías que transportan agua potable, aguas residuales y pluviales, aplicaciones químicas (industriales) y aplicaciones industriales de grano, alimentación o lodo.